Ya no comprarás nunca más ajo. Sigue estos 5 consejos para plantarlo en casa.

Es cada vez más común encontrar este básico de la cocina en los huertos de las casas. Plantarlo es muy fácil y necesita poca supervisión para dar una buena producción. Una vez que empieces a plantarlo en tu huerto, será una planta aromática imprescindible en tu jardín.
Con estos cinco consejos, tendrás una plantación de ajo digna de un agricultor profesional.
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1. Prepara la tierra
El ajo, como muchas otras hortalizas, se desarrolla mejor en terrenos poco compactos que sean fértiles y reciban mucho sol. Antes de sembrarlo, es recomendable añadir una buena cantidad de abono a la tierra para que adquiera nutrientes y materia orgánica. De esta manera, las raíces del ajo se desarrollarán fácilmente hacía abajo en busca de humedad y nutrientes. El mejor periodo para plantar ajo, según el Old Farmer's Almanac, es en otoño. Es decir, que las raíces se desarrollan en otoño y en invierno.
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2. Déjale espacio
Una vez que hayas echado el abono en la tierra del jardín, te tocará planificar los espacios. Como cualquier otra hortaliza, el ajo necesita bastante espacio para crecer. Boundary Garlic Farm recomienda plantar el ajo a una profundidad de entre 5 y 8 cm, y a una distancia de entre 10 y 20 cm entre cada planta. Para facilitar este proceso, puedes fabricar tu propio medidor para sembrar con una tabla de madera y tacos, o usar un palo para hacer los agujeros en la tierra.
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3. Siembra
Una vez hechos los agujeros en la tierra, te toca sembrar. Se plantan los bulbos o «dientes» y cada uno de ellos desarrolla una planta nueva. Es mejor comprar semillas de ajo en un vivero, en una tienda online o por catálogo, ya que el ajo que compras en el supermercado está tratado para que no siga germinando. Antes de sembrar el ajo, separa los dientes de la cabeza y planta los más grandes. Coloca la parte carnosa en el agujero y deja la parte puntiaguda hacia arriba. Por último, cúbrelo con tierra.
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4. Cubre los bulbos para pasar el invierno
Una vez plantados, cubre todo el huerto con unos 10-15 cm de paja limpia y fresca. De esta manera, se conservará agua que funcionará como aislante durante el invierno. Tras un par de semanas, podrás ver cómo surge la planta por entre la paja. Déjala que se asome y se quede ahí todo el invierno. Y en primavera podrás ver los brotes.
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5. Recolecta
En primavera, podrás retirar la cubierta de paja que no se haya descompuesto. Sigue regando la planta y aplica un fertilizante ligero cuando se empiecen a alzar las temperaturas. El ajo estará listo para la recolección en junio o en julio cuando la planta tenga cinco o seis hojas verdes.
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