¿Qué le pasa a mi planta? Aprende a «leer» sus hojas

Para presumir de talento para la jardinería, es fundamental tener plantas bien cuidadas en casa. Pero si tus plantas empiezan a enfermar y tú comienzas a dudar de tus habilidades como jardinero, no te dejes llevar por la desesperación. Con esta guía práctica, conseguirás transformarte en todo un doctor de plantas. 
Y es que las plantas, como las personas, necesitan rodearse de ciertas condiciones para salir adelante. La falta de sol (o el exceso de este), el exceso de agua (o la escasez de esta) o los bichos son algunos de los factores que pueden contribuir a que tu planta enferme de un día para otro. Échale un vistazo a los motivos más comunes que pueden afectar a la salud de tu planta.
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Plagas: Los bichos pueden causar un daño terrible a las plantas a pesar de su diminuto tamaño. Puedes encontrarte con bichos que han convertido las hojas de tus plantas en sus hogares o toparte con agujeros donde estos intrusos han cenado. Prueba algún espray insecticida, como recomienda Spring River Nurseries.
Agua: Es bastante obvio pensar que tu planta necesita agua, pero a veces también nos pasamos y la acabamos ahogando. En este caso, las hojas tendrán un tono amarillento y algunas estarán marchitas. Para solucionarlo, trasplántala en otra maceta con tierra que drene mejor el agua y no te pases con la regadera. 
Luz solar: Si tu planta empieza a mostrarse decaída y fatigada, puede significar que no reciba suficiente luz solar. El sol la ayuda a producir el alimento que necesita para crecer. Cámbiala a un sitio más luminoso para asegurarte de que reciba suficiente luz solar. 
Además del agua y la luz del sol, las plantas necesitan una gran cantidad de minerales para mantener sus hojas sanas. Las deficiencias más comunes son el potasio, el zinc, el nitrógeno o el hierro. Un tono amarillento en los bordes o una ligera decoloración en toda la hoja pueden ser síntomas de falta de uno o varios minerales.
Y es que las plantas necesitan una mezcla de micro y macronutrientes para desarrollarse plenamente. Por tanto, estos nutrientes son fundamentales para que tu planta crezca sana. Los macronutrientes como el calcio, el azufre, el magnesio o el nitrógeno se pueden encontrar en la cal o en el abono natural. Las plantas necesitan micronutrientes como el boro, el cobre, el hierro, cloruros y el zinc para desarrollarse, pero en menor cantidad, tal y como ilustra North Carolina Agriculture. Añadir un poco de hierba cortada a las plantas puede ayudarles a recibir suficientes micronutrientes. 
Controla cualquier cambio por pequeño que sea y ajusta las cantidades de sol, agua o nutrientes que recibe. 
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¿Y tú cómo mantienes sanas a tus plantas? Cuéntanoslo en la sección de comentarios.