Tanto si tienes plantas de exterior como de interior, es importante cuidarlas adecuadamente para que se mantengan con buena salud y buen aspecto. Como la mayoría de los amantes de la jardinería, seguramente inviertas tiempo y dinero en tus plantas comprando contenedores, tierra y fertilizantes, así que no querrás ver cómo tus plantas se marchitan porque no has seguido los procesos adecuados para que estén sanas.
A continuación encontrarás siete pasos para que tus plantas en maceta no tengan un aspecto decaído a mitad de temporada. Es fundamental comenzar con buen pie de manera que sientes las bases para tener una temporada plena con plantas florecientes.
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1. Elige la maceta adecuada
Una maceta que drena bien el agua (gracias a uno o más agujeros en la base) es vital si no quieres que las raíces de tus plantas acaben ahogadas. Los contenedores de plástico, fibra de vidrio o resina son los más adecuados, ya que al no ser porosos no absorben la humedad que queda para la planta. Existen otras opciones que dependen más de tu presupuesto y estilo.
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2. Opta por una mezcla de tierra especial para macetas
Compra tierra especial para macetas en una tienda de jardinería. Seguramente contenga turba, vermiculita y materia orgánica descompuesta. Una mezcla adecuada puede contener también fertilizante de acción gradual y polímeros que retienen la humedad. Si no encuentras una fórmula que incluya estos elementos, entonces cómpralos por separado. ¡Nunca uses tierra del jardín! Seguramente tenga semillas de malas hierbas, insectos u hongos.
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3. Elige una buena ubicación
Busca un lugar bien iluminado pero alejado de calefactores, climatizadores, radiadores o televisores. Las ventanas orientadas al sur reciben más luz solar, mientras que las orientadas al este o al oeste proporcionan una cantidad moderada de luz solar. Evita colocar las plantas en zonas de paso donde los niños o las mascotas puedan volcarlas.
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4. Riega la tierra, no las hojas
Lo ideal es regar las plantas una vez a la semana en primavera. Cuando empiece el verano, el calor evaporará la humedad de las plantas más rápidamente así que es recomendable regarlas a diario. Ten en cuenta que cuanto más grande es la planta, más agua necesitará. Riégalas hasta que salga agua por los agujeros de drenaje. Riega solo la tierra ya que si mojas las hojas y las flores, estas pueden acabar desarrollando hongos o quemaduras al tener contacto con el sol.
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5. Usa fertilizante cada dos semanas
Las plantas que crecen en macetas necesitan más fertilizante que las que crecen en el jardín. Cuando riegas las plantas, el agua acaba eliminando los nutrientes. Por ello, es importante proporcionarle un fertilizante líquido o soluble en agua cada dos semanas. Y si quieres que tus plantas luzcan sanas y hermosas, entonces elige un fertilizante especial para ese tipo de planta y su etapa de crecimiento.
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6. Poda las flores marchitas
Podar o cortar las flores marchitas ayuda a que la planta produzca más flores. Esta tarea es fundamental para cualquier planta. Algunas plantas florecientes se marchitan solas y desaparecen sin dejar rastro. En cambio, hay otras plantas con un montón de florecillas y, en este caso, es recomendable podar un tercio de ellas. La primera semana parecerá medio desnuda pero enseguida se recuperará y surgirán nuevos capullos y flores.
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7. Ten las plantas limpias y sin plagas
Las plantas de interior pueden tener un aspecto enfermizo debido a la acumulación de polvo o las infecciones causadas por las plagas de insectos. Para prevenir estos problemas, lo mejor es limpiar las hojas con un trapo humedecido en un jabón orgánico insecticida una vez cada pocos meses. Utiliza el mismo insecticida para mantener sanas y sin plagas a tus plantas de exterior.
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